lunes, 18 de enero de 2010

Una fiesta en el jardín, de György Konrad



Una fiesta en el jardín se publicó en España hace ya unos cuantos años, pero su repercusión editorial parece haber sido bastante limitada. Es un libro difícil, sí, largo, de acuerdo, pero absolutamente extraordinario. Ha sido uno de mis primeros desafíos del año, y me alegro de haberlo aceptado hasta las últimas consecuencias.
El libro podría considerarse una autobiografía novelada, aunque muchos cuestionarán el término "novela". El título hace alusión al jardín desde el cual los diversos narradores y alter egos del autor nos van narrando los acontecimientos, y es en ese jardín donde se sitúa la impresionante primera parte, una suerte de prólogo. Esta primera parte apunta hacia una "novela total"... por parte de un narrador al que le aburre la literatura. El lenguaje en esta parte es de una densidad poco frecuente y, uno diría, difícil de soportar. El lector tiene la impresión, a ratos, de estar leyendo un aforismo tras otro, y teme no ser capaz de digerirlos.  Al mismo tiempo, en este jardín se funden los tiempos presente, pasado y futuro, como se funden, hasta volverse inidentificables, narrador y personajes.
Tras esta primera parte (el libro está dividido en diez) que actúa a modo de prólogo, el libro adquiere una forma un tanto más "convencional". En la segunda sección del libro nos vamos introduciendo en la historia familiar de David Kobra, alter ego de Konrad, una historia que, como la de cualquier ciudadano europeo, y más aún, de extracción judía, está marcada por los acontecimientos políticos de la época.
En el resto de capítulos, entre saltos de narrador y personajes, a veces en un mismo párrafo, pero siempre de forma que el lector nunca se sienta perdido, se desarrolla la historia de David Kobra, nacido, como el autor, en 1933; de sus amigos János Dragomán y Antal Tombor, así como de sus respectivas familias, mujeres y amantes.
Resulta imposible abarcar en una breve reseña la enormidad de este libro. Para que os hagáis una idea, os diré que en él tenemos desde la tragedia familiar de Kobra, que vio cómo las nazis se llevaban a sus padres, que luego vivió en Budapest, en un piso "protegido" por Suiza (uno nunca deja de aprender cosas sobre la segunda guerra mundial) y que perdió a tíos, primos, e innumerables amigos; hasta la historia reciente de su país desde el punto de vista de un escritor incómodo y por ello, censurado; pasando por agudas reflexiones sobre literatura, Nueva York, libertad, cine, fidelidad conyugal, política, Budapest;  o por el retrato de unas relaciones amistoso-familiares que no dejan de rayar en el incesto. Prefiero no tener el libro delante de mí en este momento, porque si empezara a incluir citas, no podría parar; si empezara a recordar las ideas con las que nos bombardea sin cesar el autor, se me agotaría el blog.
Hay que decir, no obstante, que no es una novela perfecta. Algunas partes de los capítulos dedicados a los personajes femeninos no han acabado de convencerme. Creo que estos no están del todo bien diferenciados (aunque quizá sea que el número de personajes y, como digo, la relación casi incestuosa que se  establece entre ellos abruma y confunde al más pintado). El ombliguismo literario no es del gusto de todos, y en esta novela abunda. Y sinceramente, las últimas 40 páginas mehan resultado agotadoras. Ojo, no aburridas. Antes al contrario, apabullantes, como el primer capítulo, y pesadas de digerir.
En fin, un libro impresionante, para aquellos que gusten de sesudos novelones centroeuropeos. Para leer y releer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...