sábado, 2 de enero de 2010

2009, gustazos y tostones (1)

Ha sido un año de 82 lecturas, unas cuantas más de lo habitual. Y entre esas lecturas, como es natural, ha habido de todo. Por eso, sin orden ni concierto, y sin ánimo de hacer infantiles ránkings o clasificaciones, sí indicaré qué libros he disfrutado más y cuáles me han decepcionado.


Migraciones, de Milos Cernianski. Cuando vi este libro en la biblio, no cabía en mí de gozo. ¡Novelón de 1000 páginas, mezcla de historia y ficción, un autor centroeuropeo! Tenía todos los ingredientes perfectos. Y un buen comienzo. Pero la verdad, no funcionó. Perseveré y perseveré, llegué hasta el final, pero no encontré la obra maestra. Me pareció un tanto deslavazada, fallida en más de un momento, y lo único que me empujó a seguir fue el aspecto histórico y las propias migraciones del título. No llegó a ser tan tediosa que tuviera que abandonarla, pero sí ardua, ardua, ardua. Habría invertido mejor mi tiempo leyendo otra cosa.
Tostón a ratos.







Castellio contra Calvino. Conciencia contra violencia, de Stefan Zweig. Hay épocas en las que las más sencillas y claras verdades de la humanidad se ven obligadas a envolverse en la niebla y a disfrazarse para llegar hasta los hombres, pues las ideas más humanas y sagradas deben colarse por las puertas traseras embozadas y encapuchadas como si fueran ladrones, ya que la entrada principal es vigilada por los esbirros y aduaneros al servicio de quienes detentan el poder." 
Con su estilo ameno, sencillo y apasionado, Zweig nos hace un retrato del Calvinismo, al tiempo que nos introduce a las guerras de religión. Entre herejes quemados y hugonotes, Zweig, al describir a Calvino, clama contra los totalitarismos de la época que le ha tocado vivir, y uno no puede dejar de ver retratados en el cruel y fanático puritano a los tiranos de nuestro tiempo. 
Gustazo.



To the wedding, de John Berger. De Berger había leído This is where we meet, una preciosa historia sobre, si mal no recuerdo,  el recuerdo (valga la repugnancia) y la presencia de nuestros seres queridos una vez nos dejan. Esta novela, no obstante, me pareció llena de lugares comunes y cursi. El tratamiento que hace del tema del SIDA resulta desfasado. Los personajes, aunque no dejan de ser ricos y relativamente complejos, no llegan a interesar. El autor recurre a cambios de escenario y saltos en el tiempo que, en este caso, parece que no tienen otro objetivo que dar un poco de dinamismo a la historia. Pero lo peor de todo fue el narrador, un vendedor de amuletos, griego y ciego, absurdo e irritante, con el que Berger quizá pretendía dar un poco de resonancia mitológica a su paupérrima historia. 
En resumen, me pareció  un libro de un autor autocomplaciente con su talento, que piensa que no tiene más que ponerse a escribir para que le salga una obra maestra. Y una obra maestra, está considerada por muchos. 
Para mí, tostón vacuo.



The end of the world news, de Anthony Burgess. Del señor Burgess he leído unas pocas novelas, entre ellas las extraordinarias A clockwork orange, Earthly powers, y la que nos ocupa. Fue un autor prolífico, y sería arriesgado juzgarlo por tan pequeña parte de su producción. No obstante, este tipo tiene toda la pinta de haber sido un genio. No sólo escribió las susodichas obras, sino que era capaz de componer sinfonías, escribir manuales de historia de la literatura inglesa, hablar malayo, y tener tiempo para emborracharse y darse de puñetazos con cualquiera que le tocara las narices. Entonces, ¿por qué, a pesar de ser un escritor de reconocido prestigio, ocupa, por así decirlo, una segunda fila en lugar de codearse con los grandes grandísimos? Pues por haber cometido delito de lesa seriedad, y ya sabemos que si uno se ríe, no puede estar leyendo a un genio.
Y a todo esto, ¿de qué trata The end of the world news? Pues del nacimiento y desarrollo del psicoanálisis y del cáncer bucal de Freud, de Trotski intentando llevar la revolución a Estados Unidos a ritmo de musical, y de la destrucción del mundo tras la inminente e inevitable colisión con el cometa Lince. Casi nada. 
Gran gustazo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...