La luz del día (1953) es el segundo de los libros recogidos en esta antología. En él se desarrollan los temas iniciados en Salvación.
En "Hijo de Europa", "nosotros" entonamos un mea culpa por la implicación de todo el continente en el horror que lo ha asolado. El tono de desolación adquiere al mismo tiempo matices de amarga ironía, y nos preguntamos si de verdad seremos capaces de aprender algo del holocausto.
Y de la ironía pasamos casi al cinismo.
Así, se nos dice en (3): sírvete de bellas palabras y conceptos abstractos, intenta así ocultar tu responsabilidad en el horror.
Así, se nos dice en (3): sírvete de bellas palabras y conceptos abstractos, intenta así ocultar tu responsabilidad en el horror.
(4) Pero hasta el cinismo se revela débil cuando se muestra de manera explícita. Aun así, a pesar de su rastrera debilidad, vence.
(5) Las palabras, el lenguaje, el arma de los totalitarismos, con la que se justifica lo injustificable.
El poema va adquiriendo un tono didáctico.
(6) Siguen los consejos a un totalitario. Nos ofrece prohibiciones, mientras el lector-súbdito espera ahora las órdenes.
(7) La historia se precede. Muerto el tirano, muerta la dictadura, todos sus antiguos leales súbditos no sólo reniegan de ella sino, como bien sabemos en nuestro país, niegan su propio pasado y su constante y cobarde sumisión.
(8) Hemos alcanzado la condición de borregos encamionados.
En "retrat a mig segle xx" sigue la implacable ironía con la calculada ambigüedad del título. ¿Retrato de quién? ¿Del autor? ¿Del poder? ¿Del pueblo? Pero, ¿hay alguna distinción entre ellos?
El repelús que a muchos nos produce la palabra"nación" está perfectamente explicado en el poema del mismo nombre. Y qué decir del heroísmo nacional:
Gran nació, invencible, irònica nació
Sap reconèixer la veritat mantenint silenci
Hemos tocado fondo. Intentamos ascender de nuevo.
En "Naixement" y, sobre todo, "Sobre l'esperit de les lleis", el poeta anhela recuperar la esperanza y la fe en la humanidad, y hace frente al conflicto entre realidad y deseo, y lo que es más, a la fatal inoportunidad:
Blancs laboratoris de bebès alats
que creixen sempre en una època diferent
Pero la salvación sólo llegará con el reconocimiento de la culpa y con la aceptación de la verdad y de la historia. En "Llegenda", asistimos al conflicto entre leyenda e historia. La diferencia crucial no radica en su verdad, sino en que la primera nos conduce a la repetición del horror.
La leyenda nos acerca así a "Pensament sobre Àsia", donde el poeta evoca la milenaria civilización asiática, quizá como símbolo de la limpieza de espíritu de aquellos capaces de entablar una lucha contra un pasado cruel pero todavía humano.
Un voltor dona tombs en una xafogor sense núvols
Mentre el so de les roques antediluvianes es fum
de l'home, del seus déus i dimonis
En los siguientes poemas caemos de nuevo en la tentación de la venganza, si bien este deseo adquiere un tono más reflexivo en "Faust varsovià". Este horror es nuestro horror:
Qui no ha escrit en llengua polonesa altra cosa
que no fossin odes sensibles, inofensives
ha sentit algun cop altra cosa excepte odi?
Los ecos whitmanianos de "Mittelbergheim"
...Aquí i arreu
és la meva terra, arreu on em giri
i en qualsevol llengua que senti
la cançó d'un infant, una conversa d'amants.
tienen un tono aparentemente más esperanzado. Sólo la espera, la paciencia, la aceptación feliz de la vida, la sencillez,
Una mirada, un somriure, una estrella, la seda arrugada
en la línia del genolls.
pueden llevarnos a vencer el odio, la envidia y, sobre todo, el miedo. El miedo a nosotros mismos. La esperanza se mezcla así con una suerte de resignación.
...Tranquil, observant
he d'anar a lesmuntanyes en la suau resplendor del dia
sobre les aigües, les ciutats, els camins, els costums.
Foc, poder, força, tu, que a mi
m'agafes pel palmells de la mà on els solcs
són com enormes congosts, pentinats
pel vent del migdia. Tu, que dónes seguretat
en l'hora de la por, en la setmana del dubte,
és encara massa aviat, que el vi maduri,
que els viatgers dormin a Mittelbergheim.