domingo, 4 de diciembre de 2011

Música klezmer

Hace algunos años, cuando mi mujer volvió de Jerusalén, de la boda de un familiar (a la que, maldita sea mi suerte, yo no pude asistir), vino contando maravillas de la música que amenizó el evento (¡con lo poco musical que es mi mujer!). Así que yo me dirigí a ese paraíso de la música que es la pequeña tienda Etnomusic de Barcelona (c/ Bonsuccés, 6) y le pedí al dueño que me recomendara algo del tipo de música judía que suele tocarse en las bodas, para regalárselo a mi mujer. El dueño, un argentino cuyo nombre no recuerdo, auténtico experto en lo que se ha dado en llamar con el estúpido nombre de world music, me dijo "tú lo que buscas es música klezmer". Y de este modo conocí al argentino Giora Feidman, uno de los mejores clarinetistas del mundo, a quien, según luego descubrí, ya había oído en La lista de Schindler. Compré su álbum Yiddish Soul, del sello World Network, que nunca falla, se lo regalé a mi mujer, y desde entonces es una de las joyas de mi colección personal.
Y así comenzó mi idilio con el klezmer.


Según algunas definiciones, la música klezmer nació cuando los judíos del este de Europa emigraron a América, en las últimas décadas del s. XIX y principios del XX, llevando allí su música, mientras que otros sostienen que el encuentro con el jazz representó su evolución, y no su origen. De acuerdo con estas últimas opiniones, el klezmer ya estaba plenamente desarrollado cuando los klezmorim, los músicos judíos askenazíes, amenizaban con su música diversos tipos de festividades en Rusia, Ucrania, Polonia y otras zonas de la Europa central y del este.
Dave Tarras, probablemente el músico klezmer más famoso del s. XX, es un ejemplo perfecto de esta historia del klezmer. Nacido en Ucrania en 1884, emigró en 1921 a Nueva York, donde, tras una temporada trabajando en una fábrica, se incorporó a una de las muchas bandas de klezmorim de la ciudad y comenzó así su carrera como músico profesional.
El extraordinario grupo Bratsch, a quienes ya he mencionado en alguna otra entrada, continuador de las diferentes tradiciones musicales de Europa central y oriental, interpreta en esta ocasión uno de los temas más conocidos de Tarras, su "Freilach"(en realidad, y como habréis observado en el anterior vídeo, el freilach, "festivo" en yidish, es uno más de los muchos bailes klezmer).


Sea como fuere, el encuentro entre música yidish tradicional y jazz se produjo, y me imagino que se habrán escrito libros sobre la influencia del klezmer en el género del musical americano.
Una de las canciones klezmer más populares y que ha tenido más versiones en los EEUU es "Bei mir bist du schein" (también schön, scheyn, schayn...), que aquí podéis disfrutar en la voz de Ella Fitzgerald.


Y aquí tenéis la versión clásica yidish, interpretada por André Ochodlo, de quien hablaré más adelante.


El klezmer adoptó ritmos de Rusia, Hungría, Ucrania, Bulgaria o Polonia, pero sobre todo fue influida por la música gitana de Rumanía, de la que en ocasiones es difícil distinguirla. En la siguiente pieza, de Abe Schwartz, ritmo y melodía podrían encajar perfectamente en el repertorio de cualquier banda de música gitana rumana, y sólo el clarinete, típico del klezmer, poco habitual en la música gitana, nos da la clave.


De esta convivencia e influencia mutua entre gitanos y judíos, qué mejor ejemplo que este fragmento de la película Tren de vida (que espero poder conseguir muy pronto), de nuevo con banda sonora del gran Bregovic. Duelo musical entre gitanos y judíos.


Naturalmente, el klezmer no es únicamente una música festiva. De hecho tiene un fuerte componente religioso, dado que en sus orígenes se basó, en parte, en la música litúrgica de la sinagoga. Sus melodías, profundamente evocativas y llenas de sentimiento y pasión, pueden llegar a ser tristísimas, o pasar del éxtasis al lamento en unas pocas notas, como en esta bellísima pieza, otra vez, del gran Giora Feidman.


Kroke (Cracovia en yidish) es un trío polaco de música klezmer. Ellos mismos dicen de su música que está profundamente arraigada en la tradición judía, influida por la música de los Balcanes, y posteriormente enriquecida a partir de la tradición oriental, de la India en particular, así como del jazz (en estos últimos años, sin embargo, han decidido volver a la pureza de los orígenes). Su música es absolutamente cautivadora y verlos en directo debe de ser algo increíble.


Hace unos años, mi mujer y yo hicimos un inolvidable viaje por Europa central, en el que lo que más nos impresionó y fascinó fue Polonia. Entre otras cosas, nos llamó la atención el intento de revitalización de la cultura judía, desde Cracovia hasta Varsovia, pasando por Zamosc o Lublin, y el modo en que dicho intento parece condenado a quedarse en eso nada más. Había restaurantes judíos, museos judíos, música judía... pero ¿judíos? La verdad es que fuera de las pocas sinagogas activas que había, no nos dio la impresión de que hubiera una comunidad judía significativa. Y nos preguntamos, ¿volverán los judíos de nuevo a Polonia, o tendremos que admitir que el señor del bigotito ganó parte de su gran cruzada, una Polonia sin judíos?
El caso es que estábamos en uno de esos restaurantes judíos, cuando yo oí una música hermosa, melancólica, muy triste. Fui al camarero y le pregunté qué música era y él me enseñó la carátula del álbum Shalom, de André Ochodlo, que luego busqué sin parar hasta que por fin lo encontré en Varsovia.
André Ochodlo, nacido en Alemania, es, además de actor y director de teatro, un cantante dedicado a recuperar la música yidish polaca, y tiene canciones tan bonitas como ésta, "A lid fun Sholem", un clásico del klezmer.



Me cuesta poner un límite a los vídeos que enlazo, pero llegó el final. Termino con otra pieza de Kroke y Nigel Kennedy, extraordinario violinista inglés y, por lo que averigua uno leyendo por ahí, una persona muy interesante y nada convencional. Kennedy trabajó durante varios años trabajó con Kroke y fruto de su colaboración fue el álbum East meets West. Aquí los tenéis actuando juntos en el Festival de Cultura Judía (también llamado "la Varsovia de Singer", en honor al gran escritor en lengua yidish Isaac Bashevis Singer). Shalom.



15 comentarios:

  1. Interesante la Música klezmer, voy ha buscar algunas por Internet, gracias y éxitos.

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  2. Interesantísima entrada, sobre todo para los que no sabemos gran cosa de la música klezmer. Mi formación musical está centrada en la música clásica, de modo que a menudo ignoro otras tradiciones muscales importantes, como esta. Siempre he tenido debilidad por el clarinete como instrumento, estos videos me han encantado.

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  3. Nuevamente me quito el sombrero con tu entrada. Amo la música y cualquier descubrimiento que enriquezca mi cultura musical es una nueva puerta para abrir. Tus vídeos son una clase magistral de música Klezmer.
    Me ha sorprendido especialmente saber que esa conocidísima pieza de "Bei mir bist du schein" es música klezmer (maravillosa Ella).
    De todo lo escuchado, además de la banda sonora de "El tren de la vida", solamente conozco al grupo Kroke de los que puedo confirmar (sin haberlos visto en directo aunque sí escuchado en su vibrante directo "Quartet" -Live at Home) que su magnetismo es especial. Por cierto, esa pieza de tradición serbia tan electrizante como es "Ajdejano" y que ellos tocan de maravilla ¿entra en la tradición de música klezmer?.
    Imagino que la "Danza de la botella" es puro klezmer de bodas judías ¿no?.
    Como te gusta todo este mundo de la tradición musical, te envío a una entrada que publiqué en mi blog sobre Joaquín Díaz. Un autor que ha recuperado el acervo musical tradicional del romancero, pero tambíén los cantes Djudeo españoles y la canción sefardí.
    Un abrazo.

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  4. Me alegro de que te haya gustado, amigo/a de Vídeos de Camila.

    Gracias por tu comentario, Elena. Desde que conocí a Giora Feidman, el clarinete es probablemente, y con permiso de la guitarra, mi instrumento favorito.

    Muchas gracias por tus palabras, Carlos, me alegro mucho de que te haya gustado. A mí también me sorprendió oír Bei mir bist du schein cuando compré el disco de Ochodlo. En cuanto a Ajdejano, por lo que veo en internet, hay división de opiniones. A mí me parece que no es originalmente klezmer, sino una canción del folklore serbio. No obstante, ya sabemos que las influencias en esa zona de Europa fueron incontables y en todas direcciones.
    Por lo que respecta a la danza de la botella, supongo que sí es puro klezmer. Sería muy interesante saber su historia, pero parece difícil separarla de El violinista... Me da la impresión de que era una tradición casi perdida y olvidada (como tanto debe de haberse perdido de la cultura yidish), que quizá nunca fue excesivamente popular, y que se revitalizó y popularizó a raíz de la película. Pero ya te digo que no son más que conjeturas mías. Seguiré investigando. Como curiosidad, no obstante, te recomiendo que busques baile de la botella en Paraguay.
    Le he echado un rápido vistazo (día de fiesta y tres niños pequeños) a tu entrada sobre Joaquín Díaz y me ha parecido fascinante. Me apasiona el romancero español. A ver si esta noche consigo una horita de tranquilidad para poder disfrutarla bien.
    Un abrazo.

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  5. Me lo he pasado pipa leyendo tu entrada y viendo los ví´déós. Como diría uno más joven que yo, te "dan una marcha que pa que". Después de un rato de pensar me he acordado de que me sonaba tanto Feidman. He ido a rebuscar entre mis discos de Jazz y allí tengo uno de Feidamn con el cuarteto Gershwin llamado Klezmer and Strings que incluye una versión maravillosa de la "Rhapsody in blue" titulada "By George!" y otra llamada "Jewish Wedding" también muy buena. De Bratsch tras la ultima entrada de tu blog acerca del tema me compre de segunda mano "Rien dans les poches" (que incluye un "Ederlezi").

    Y respecto del "Bei mir bist du schein" conocía el tema pero no tenía ni idea de su origen. ¿Sabes en que disco de Ochodlo aparece este tema?

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  6. Efectivamente, Óscar, el klezmer puede llegar a tener una marcha que pa qué. Y he encontrado en youtube a Feidman con el cuarteto Gershwin. Excelente.
    Rien dans les poches fue el disco que me enamoró de Bratsch, me alegro de que te guste. Y en cuanto a Bei mir bist du shein (o Bay mir bistu shayn, como se titula en el disco de Ochodlo), el disco en cuestión es "Shalom. Yiddish songs". La portada es la que aparece en la primera foto del vídeo.
    Saludos.

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  7. Gracias por descubrirme una música tan sugerente como el Klezmer. He disfrutado lo indecible con cada uno de los videos que has colgado, en especial con la versión de Ella Fitzgerald de una canción klezmer. La de "El tren de la vida" la conocía porque me encantó la película, pero no sabía que podía encuadrarse en el género que me has descubierto gracias a tu entrada.
    Recuerdo al gitano que tocaba el violín en la película "El concierto" con una velocidad endiablada. No sé si esa música podría encuadrarse en esa tradición, pero desde luego se parece mucho a algunas de las piezas que has puesto.
    Me resulta bastante emotivo eso que dices de la falta de judíos en Polonia, y de los intentos por recuperar el alma judía en esos países. En Praga me sucedió algo parecido. Salvo los judíos que regentan los lugares de visita del barrio judío, no se ven muchos por la ciudad. Curiosamente, una de las comunidades judías más vivas y numerosas que me he encontrado recientemente en Europa, fue la de Lyon, en Francia. Algunos lugares de esa ciudad parecen calcados de rincones actuales de Jerusalem.

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  8. Yo soy una enamorada de las músicas "diferentes", me emociona el flamenco y el fado, y no conocía esta que podría ser casi como un género (o lo es, no lo tengo claro). Gracias por mostrarla. Los vídeos me han encantado. Resulta curioso comprobar la calidad que puede llegar a tener el arte que no se promociona. Comparas este tipo de composiciones con las guarrerías que te meten por los oídos y no puedo menos que sorprenderme de cómo podemos ser en cierto modo un rebaño tan bien llevado.

    Saludos.

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  9. Celebro que os guste.
    Félix, no he visto "El concierto", pero la música que pueda tocar un gitano centroeuropeo al violín tendrá muchos puntos en común, como señalo en la entrada, con el klezmer.
    Efectivamente, la mayor comunidad judía de Europa en la actualidad es la de Francia, seguida de Reino Unido y Alemania.
    Tienes toda la razón, Amelia, respecto a la calidad de la música que no se promociona por los circuitos comerciales habituales. Creo que la clave está en que, a diferencia de tantas estrellas y triunfitos, estos músicos aman lo que hacen.
    Un saludo.
    Un saludo.

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  10. Amelia, no hay manera de ponerse en contacto contigo, ni por correo ni en tu blog, que no admite comentarios. Quería decirte que, si te gusta el fado, te dieras un garbeo por mi blog de relatos. Perdona por la publicidad, niño vampiro. No lo volveré a hacer, te lo prometo.

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  11. Agradezco mucho esa recomendación de Oscar: Gershwin es uno de mis compositores favoritos y no sé cuántas versiones tengo ya de "Rhapsody in Blue", una pieza que siempre me pone de buen humor. Aparte de youtube, ¿hay manera d encontrar esa versión de Feidman? Me interesaría mucho poderla incorporar a mi biblioteca musical.

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  12. viejo, muy bueno esto que escribis... soy de Argentina, me encanta la musica klezmer, soy flautista y estoy buscando un grupo para poder tocar esta musica...

    sabes, ese "duelo" de gitanos-judios, creo y estoy casi seguro, que es de una pelicula-documental que se llama "Latcho Drom" que hace un recorrido por todos los pueblos gitanos, es de un argelino-frances llamado Tony Gatliff...

    muy bueno, gracias por la data, estoy bajando cosas para escuchar!

    abrazo

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    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario, Gerardo.
      No conocía la película Latcho Drom, pero voy a buscarla en seguida. La escena del duelo entre gitanos y judíos, sin embargo, es de la película Tren de vida, de un director rumano-francés llamado Radu MIhaileanu.
      Suerte con tu búsqueda, espero que puedas formar pronto un grupo de klezmer.
      Un abrazo.

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  13. Bravooo! Deberías hacer próximamente un programa Klezmer para www.ahworldmusic.org ! =D

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    1. Muchas gracias, Alexis. No conocía esa página. ¡Qué buena!

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