sábado, 5 de junio de 2010

El compromiso, de Serguei Dovlátov

Este libro ofrece al lector lo mejor que la literatura de la Unión Soviética podía producir: literatura satírica escrita por disidentes.
Serguei Dovlátov, nos dice la solapa del libro, estudió finés para salir del país, pero no pudo llegar más allá de Estonia. En Tallin consiguió entrar a trabajar en la redacción de un periódico, y el resultado es El compromiso. Este libro se compone de doce historias verídicas (doce "compromisos") que sólo pueden resultar verosímiles en un infierno absurdo como es una dictadura comunista: desde las "faltas ideológicas" por utilizar el orden alfabético en lugar del orden comunista, hasta un pescador cuyo cadáver es confundido con el del director de televisión y enterrado con los honores pertinentes, pasando por la granjera que escribe a Brezhnev para comunicarle que su vaca ha batido el récord de producción de leche, o la difícil elección del recién nacido 400.000 de entre una lista de candidatos poco apropiados.
Las historias en sí son hilarantes, pero más aún el estilo de Dovlátov, de frases cortas, certeras, con un sentido del humor que oscila entre el surrealismo y la picaresca. Dovlátov, un gigantesco alcohólico, observa el mundo tan pronto crédulo e ingenuo como atónito ante la estupidez que lo rodea. No obstante, y pese a que el libro provoca más de una carcajada, el mensaje final no puede ser más deprimente. En una sociedad cruel, estúpida y opresora, al artista no le queda más salida que refugiarse cuando puede en la risa, el único recodo de cordura. Poco consuelo.

4 comentarios:

  1. Desde que leí "Los nuestros", Dovlátov es para mí uno de los autores más interesantes de la segunda mitad del XX. Su enorme talento hace que el relato de su tragedia peresonal y familiar sea en gran medida también el de la desintegración de la URSS y el de la desculturización de tantísimos rusos obligados a emigrar.

    ResponderEliminar
  2. Leí Los Nuestros hace años, pero no le saqué tanto jugo. En cuanto tenga ocasión, iré a por ella otra vez. Lo bueno de mantener un blog es que, antes de decir "¡siguiente!", uno se para a pensar un poco en lo que acaba de leer. Esta novela, además de interesante, es, como digo, muy divertida.
    Me interesa lo que dices sobre la desculturización de muchos rusos. ¿En qué sentido lo dices?

    ResponderEliminar
  3. Quizás no sea la palabra adecuada. Me refería a la pérdida que conlleva para muchos rusos emigrados la adopción de la cultura del país de acogida, sobre todo, cuando se trata de diferencias tan extremas como las que relata el propio Dovlátov en EEUU. Recuerdo al respecto la tristeza con la que refería que su nieto se hacía llamar John. Y recurdo también el desengaño y la resistencia de mi profesora de ruso ante lo que ella considera el desprestigio del esfuerzo y el deseo enfermizo de éxito inmediato.

    ResponderEliminar
  4. Yo acabo de hacer un curso sobre la sociedad rusa actual y las profesoras tenían una opinión parecida. Es curioso que la expresión "nuevos rusos" sea en general despectiva.

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...