viernes, 24 de diciembre de 2010

La alegría, de Giuseppe Ungaretti

Feliz reencuentro con la poesía.
Ungaretti nació en Alejandría, de padres italianos, y pasó allí su infancia y adolescencia. Desde allí fue a estudiar a la Sorbona, y dos años más tarde, con el estallido de la guerra, se alistó en el ejército. En La alegría tanto Alejandría como París, las trincheras o la ciudad de Lucca, de donde eran sus padres, sirven de escenario a sus bellísimos poemas.
La alegría se compone de unos versos de una gran sencillez formal, y de una estructura del poema caracterizada por la "condensación o concentración expresiva", como la describe acertadamente Andrés Sánchez Robayna en su iluminadora introducción, "La nada anonadante de Giuseppe Ungaretti".
Fascinante la relación que establece Sánchez Robayna entre el estilo de La alegría y las poesías china y japonesa. Se refiere el autor a la técnica ideogramática y al uso de la phanopoeia (proyección en la mente de una imagen visual). Afirma que "no hay duda de que los poemas japoneses de Marone y Harukichi Shimoi le enseñaron (¿le confirmaron?) el esplendor silencioso, blanco, que surge de las imágenes en yuxtaposición." Cita a continuación a Marshall McLuhan, quien dijo que "el arte y la poesía del Zen crean envolvimiento por medio del intervalo, no por la conexión".
Más adelante, "la fuga de sentido parece operar, como en Mallarmé, en el espacio que aísla las estrofas (aquí los versos-estrofas); ese blanco es el receptor, por así decir, de un sentido al que remite el "negro sobre blanco" de los versos en la página, y que responde enteramente a la relación de vacío-lleno (...) enunciado por el autor del Coup de dés (...). El sentido está en el blanco o es el blanco, poblado de imágenes en el vacío. Las palabras representan una ruptura del silencio que sólo al silencio remiten, al blanco, al vacío del entorno: el blanco entre las estrofas y el blanco mayor de la página, el silencio total o el blanco absluto."
Aparte de la técnica ideogramática y el envolvimiento por conexión, también otro de los rasgos principales de La alegría parece provenir de la poesía oriental, a saber, la concentración o condensación antes mencionadas, que nos remiten en ocasiones al haiku.

ALFOMBRA

Cada color se expande y se recuesta
en los otros colores

Para estar más solo si lo miras


RECUERDO DE AFRICA

El sol rapta la ciudad

Ya no se ve

Ni siquiera las tumbas resisten demasiado

En esta nada anonadante de la que habla Sánchez Robayna, la nada de la que nacemos, en la que nos hallamos y a la que regresamos, en esta nada que todo lo pervade y todo lo cubre, Ungaretti descubre diminutos resquicios que le permiten un vislumbre de lo que hay al otro lado, llámese como se quiera llamar. En las propias palabras del autor, en sus notas a los poemas:

Exultancia que el instante, al acaecer, provoca porque es fugitivo, instante que sólo el amor puede arrancar al tiempo, el amor más fuerte que no pueda ser la muerte.

Es ésta pues, una poesía de instantes fugaces, de relaciones invisibles, ocultas en el blanco del papel, una poesía de destellos en un mar de negritud,

SERENO


Después de tanta
niebla
una
a una
 se revelan 
las estrellas


Respiro
el fresco
que me deja 
el color del cielo



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...