Obra "sima" del existencialismo. La banalidad del bien debería ser el título. ¿Y cuál debería ser la pregunta? Quizá: ¿Es posible en este mundo la bondad? O, simplemente, ¿vale la pena ser bueno?
Camus concentró en la más breve de sus tres novelas toda la angustia del hombre del siglo xx. Bueno, "angustia" es la palabra recurrente cuando se cita a Camus. Yo veo más perplejidad, con esa risa a nuestras espaldas. Veo más bien indiferencia. Indiferencia ante el sufrimiento ajeno, con ese cuerpo que cae al agua y que no rescatamos porque ya se ha hecho tarde. Veo más cinismo, con el principio sagrado de nunca liarse con la mujer del amigo; no olvidar nunca romper antes la amistad. Veo más hastío, con el acceso ilimitado al sexo. Veo más lucidez implacable, con las reflexiones sobre Cristo y el sentimiento de culpa. ¿Y la angustia existencialista? Pues quizá está hecha de perplejidad, indiferencia, cinismo...
Monólogo que pretende ser un diálogo con un compatriota del narrador, y que no es sino una clara interpelación al lector, cada página de La caída rebosa filosofía. Libro para releer y recontraleer.
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