jueves, 17 de marzo de 2011
Contrato con Dios, de Will Eisner
Cuando uno echa un vistazo a las ilustraciones de Will Eisner, tiene la sensación de que se reencuentra con un viejo amigo. Cuando menos, su estilo nos resulta muy familiar. Y es que, aunque yo no había leído nada de él, Eisner (1917-2005), que colaboró en todo tipo de publicaciones (llegó a hacer ilustraciones para el Pentágono), era un dibujante de los de "la vieja escuela". Entre sus creaciones, destaca Wonder Man, que empezó a publicarse unos meses después del primer Superman (y por el que de hecho su editor fue acusado de plagio), y The Spirit, personaje histórico del comic norteamericano.
Nos cuenta Eisner en el prefacio que a finales de los 70, inspirado por artistas gráficos experimentales de los años 30, se propuso crear una obra literaria gráfica "seria", y que fue él quien acuñó el término "novela gráfica", con el fin de intentar venderle el proyecto a una gran editorial. Ninguna se interesó en aquel momento, aunque desde que por fin fue publicada, hace 27 años, no ha dejado de reeditarse.
Contrato con Dios, trilogía formada por el libro que da título al volumen, además de Ansia de vivir y La avenida Dropsie, está basada en recuerdos y experiencias del autor, y nos cuenta la vida en un bloque de pisos del número 55 de una avenida imaginaria del Bronx.
Es un libro extraordinario desde todos los puntos de vista. A nivel artístico, Eisner es sin duda un maestro. Os recomiendo este enlace (en inglés), donde se analiza el carácter innovador de Eisner en la composición de algunas de las mejores páginas de esta obra.
Y en cuanto a la calidad literaria, creo que está a la altura de los mejores escritores norteamericanos del siglo XX.
Eisner, hijo de inmigrantes judíos, retrata con absoluta maestría el crisol de culturas (de momento he conseguido evitar la palabra "multiculturalidad", ¡bien!; a ver si consigo evitar también "novela coral") que ha sido desde siempre la ciudad de Nueva York. No sólo eso, sino que incluye también fabulosas epopeyas históricas, desde la de los judíos que huyeron de los pogromos en Ucrania, hasta la historia de 100 años del Bronx, como hace en la tercera parte de la trilogía.
Algunas historias están sin duda influidas por mi admiradísimo Isaac Bashevis Singer, que retrató como nadie el mundo de los judíos instalados en la Gran Manzana tras el holocausto. Como en las obras del gran escritor nacido en Polonia, está ahí el hasidismo, está la relación devoción-odio del hombre hacia Dios, y está, en resumen, los restos de la cultura y la vida en el shtetl desplazados a un bloque de pisos de Nueva York. Sin ir más lejos, la primera historia, "Contrato con Dios", así como "Izzy. La cucaracha y el sentido de la vida" (ved aquí un interesante análisis de esta historia), obras maestras las dos, podrían haber sido escrita por el mismo Singer.
Otro de los grandes novelistas que, a mi parecer, influyeron en Eisner fue Bellow, sobre todo el de Las Aventuras de Auggie March. En Ansia de Vivir y sobre todo en La Avenida Dropsie tenemos el mundo de los pillos, la vida durante la Ley Seca, la caída y el auge de tanto listillo y tanto ingenuo en la Gran Depresión, la corrupción en todos los estratos de la sociedad, y el poder de la mafia.
Hay que decir que, si bien todas las historias que componen los dos primeros libros de la trilogía son magistrales, el tercero, La Avenida Dropsie, compuesto de una sola historia, que corre a ritmo de vértigo, que nos presenta a una buena decena de personajes inolvidables, y que, como he dicho antes, nos muestra la historia de una calle del Bronx a lo largo de los últimos cien años, es absolutamente maravillosa y una auténtica obra maestra de la novela gráfica.
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Eisner es para mi uno de los artistas más grandes. Su dibujo y sus historias no dejan de sorprenderme cada vez que lo releo y eso que ya han pasado más de 30 años.
ResponderEliminarUn saludo cordial y le sigo leyendo.
Muchas gracias por su comentario.
ResponderEliminarYo soy un neófito en esto de la novela gráfica, pero desde luego Eisner me parece un maestro. Afortunadamente, tienen unos cuantos libros más de él en la biblioteca.
Un cordial saludo.