Recomendable tanto para acreditados bolañeros como para novatos en el bolañismo, este libro hará las delicias de niños y mayores.
De engañoso título, que nos hace pensar en un ensayo, La literatura nazi..., escrito a modo de diccionario de autores, no es sino una galería de escritores americanos ficticios, a cual más nazi, con una sinopsis de sus obras y, sobre todo, sus vidas, a veces pintorescas, otras anodinas, por esos mundos de Adolf.
Hablar sobre la escritura de Bolaño es rendirse a los lugares comunes de la gran literatura. Vamos con uno: Bolaño fue un escritor adelantado a su tiempo. Cierto. En algunos casos eso puede ser una bendición para la gloria literaria póstuma, y en otros, una penitencia. Para el segundo caso, se me ocurre, por ejemplo, el nombre de Anthony Burgess. El genial escritor mancuniano, de haber vivido hoy, sería un superventas de prestigio, una suerte de Murakami con más imaginación, sentido del humor y desfachatez. Pero el destino ha querido que, aparte de sus incondicionales, no sean hoy muchos los que pueden añadir algo al "sí hombre, el de La Naranja mecánica, de Kubrick".
No pasará eso, sospecho, con Bolaño. Creo que el genio de sus novelas, que hoy nos maravilla, seguirá vigente muchos años. Momento de traer otro lugar común: Bolaño es un faro que iluminará el camino a seguir a las generaciones posteriores. Cierto. Y esto es así porque todavía estamos como unos tontos buscando las claves para interpretar a Bolaño.
Leyendo reseñas sobre cualquier libro de nuestro autor, uno se da cuenta de que con frecuencia el reseñador, más que hablar del libro, habla de sí mismo o, como voy a hacer yo, se sale por la tangente. Nos llama la atención la ausencia de ciertas cuestiones habituales en las reseñas, tales como "¿por qué este personaje actúa así?" o "aquí la intención del autor es", y en lugar de ello, nos vemos dando vueltas alrededor de la obra, sin saber muy bien cómo entrar en ella.
Creo que era en El gaucho insufrible donde Bolaño se reía de la devoción del público hacia Pérez-Reverte. "Nos gusta porque se entiende", venía a decir, como sólo sabía decirlo él, es decir, sin un ápice de pedantería. Dudo que Bolaño quisiera escribir novelas que no se entienden, pero sí afirmó en alguna entrevista que la novela "tradicional", léase decimonónica, con una introducción, un nudo y un desenlace, con sus porqués, sus causas y sus consecuencias, y con desarrollo temporal lineal (aunque se camufle con saltos hacia atrás o hacia delante) estaba acabada (lo cual, insistía, no quería decir que no fuera a seguir escribiéndose y vendiéndose con gran éxito). Y es por eso que casi todas esas características están en mayor o menor medida ausentes de las novelas de Bolaño.
Todo ello no quiere decir que no tengamos algunas de esas claves, de las que hablaba antes, para aproximarnos a la obra de Bolaño (hecha la salvedad de que para disfrutarla no se precisan claves ni otras zarandajas). ¿Cuáles son esas claves? Pues llegó el momento de salirse por la tangente: en La literatura nazi... , amén del germen de ideas más explotadas en obras posteriores (por ejemplo la búsqueda de poetas olvidados o el planeado secuestro de dinosaurios literarios), tenemos algunos de los motivos recurrentes en Bolaño, a saber, la pasión devenida violencia por la literatura, los poetas malditos que anhelan crear el arte más efimero imaginable, una narración que de un párrafo al siguiente se desplaza de un rincón a otro del mundo, personajes al margen de la sociedad que son también escritores al margen de la literatura, un Bolaño que hacia el final se va quitando la máscara de narrador para ponerse la de personaje, una burla del mundillo literario, una historia de detectives y matones, y mucho muchísimo sentido del humor.
Intensa, ágil, entretenida, original, divertida, y con el sello Bolaño de genialidad. Una gozada de lectura.
Habrá que hincarle el diente, sin duda. Está bien eso de salirse por la tangente; sin salidas de tangente, la literatura seguiría siendo siempre lo mismo. Imagínate, la misma novela repetida hasta la saciedad, cambiando únicamente nombres, lugares, actos perversos, etc., re-escrita una y otra vez por diferentes autores siglo tras siglo...
ResponderEliminarHola, Salavert.
ResponderEliminarPues la verdad es que este libro es muy recomendable. Aparte de ser de Bolaño, es que te lo lees en una tarde y te lo pasas pipa.
Un saludo.
Yo caí en el mundo bolaño y a decir verdad no me quiero salir de ahí, un maravilloso autor.
ResponderEliminarTengo ahora en casa 2666. A ver si me pongo de una vez, aunque tengo tantos libros acumulados ahí esperando...
EliminarUn saludo.