jueves, 16 de agosto de 2012
El dilema del escribidor pardillo
Hace unos pocos años me di cuenta de que, si cogía los relatos que había escrito en mis ratos libres y los arrejuntaba, podían recordar vagamente la forma de una novela. Por lo tanto, entre nosotros, y en aras de la siempre necesaria brevedad, llamémosla así.
Continúo. Un día decidí que si la novela en cuestión estaba condenada a pudrirse en el disco duro, no perdía nada con dejarla que conociera mundo y que tuviera la libertad, si así lo quería, de pudrirse en el disco duro de algún editor. Así que empecé a enviarla a editoriales grandes y pequeñas, nuevas y viejas, conocidas e ignotas, siempre y cuando aceptaran manuscritos en formato digital, que no está el horno para impresiones. Cualquiera que haya hecho lo mismo, conoce de sobra la silenciosa experiencia que viene a continuación. En mi caso, no obstante, por muchas negativas y silencios que recibiera, el desánimo fue incapaz de cundir, dado que en ningún momento me había hecho demasiadas ilusiones.
No soy escritor. No tengo esa imperiosa necesidad de escribir que, dicen, tiene que tener todo escritor. Tampoco estoy dispuesto a realizar según qué sacrificios: levantarme a las 6 de la mañana para arañar un par de horas antes de que se levante toda la casa, sí. Encerrarme mañanas y tardes para escribir mi gran obra mientras mis hijos crecen y juegan y se pelean, no.
Luego está la cuestión del talento. Ya lo sé: ésta debería ser la primera cuestión. Lo sería en un mundo justo, donde los buenos escritores triunfan, y los petardos no. Yo, además de no ser escritor, tampoco soy bueno, pero, eso sí, sé escribir por lo menos igual de mal que algún que otro exitoso petardo. Claro que, bien mirado, eso no tiene mucho mérito.
Y todo este preámbulo viene a cuento porque hace unos días recibí el mensaje del director de una pequeña editorial que le encuentra "calidad literaria" a mi obra. Añadió, no obstante, que el aspecto comercial no lo veía del todo claro. Y yo que esperaba justo lo contrario, que mi novela fuera un bodrio y se convirtiera en best-seller...
No obstante, me volvió a escribir y al final quedamos en vernos en su oficina. En la charla que tuvimos, me dijo que, a pesar del título algo ordinario que le he puesto a la obra, se trata, en el fondo, de una historia tierna (no es el adjetivo que yo hubiera utilizado; es más, jamás pensé que pudiera escribir algo tierno); alabó la recreación de una época, señalando que eso siempre es un valor literario, y, lo más importante, dijo que la obra es publicable. No sé si es que de repente había visto claro el aspecto comercial. Intuyo, más bien, que en aquel primer mensaje quería contener mi entusiasmo, o a lo mejor, simplemente es un poco despistado. De hecho, esa es la impresión que me dio al conocerlo y ver la oficina, con cajas de libros amontonadas por todas partes, que apenas nos dejaban sitio para sentarnos. Entre otras virtudes, aparte de apasionado por la literatura, me pareció, sí, un hombre un poco despistado y caótico, características, me parece, fundamentales en un hombre de letras.
Naturalmente hay un pero: me ofrecen ir al 50% en beneficios y en costes de la primera edición. Ya sabía que no iba a tener a Anagrama y Tusquets peleándose por mi manuscrito, y supongo que, a diferencia de otras formas de publicación, un 50% por parte de la editorial supone una apuesta medio real por la obra. Aun así, siento cierto recelo, al ser la primera vez. Me siento como un adolescente virgen que, a punto de echar su primer polvo, ve sorprendido cómo la chica, antes tan tierna y dulce, de repente extiende la mano.
No dudo de la honradez de este editor. Fue sincero al advertirme que no me hiciera ilusiones sobre el éxito de la obra en el caso de que finalmente se publique, y contestó sin divagaciones las pocas preguntas y dudas que me surgieron. Si las primeras impresiones tienen algún valor, pondría la mano en el fuego por su integridad.
Así que las dudas no vienen por ahí. Simplemente, la verdad, no tengo ni pajolera idea de lo que implica publicar un libro de esa manera. Así que tengo un par de semanas por delante para acabar de pensármelo (agradeceré los consejos), y esperar que en septiembre no se le haya vuelto a oscurecer el aspecto comercial.
Mientras tanto, Alfaguara, Acantilado y compañía tienen todavía tiempo de pujar. De lo contrario, quizá tendrán que lamentarlo...
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Tal como está el patio, amigo Batboy, cuando un editor se arriesga a invertir la mitad de lo que le cuesta la edición, es que ve negocio en tu novela. Ahora bien, asegúrate de que la editorial tiene una buena red de distribución, puesto que de lo contrario lo que harás es enterrar el libro y quedarte sin los derechos. Eso sí, dispondrás de unos cuantos ejemplares para regalar a amigos y a personas dignas de tu consideración literaria, pero eso solo compensa al ego un par de minutos, y al bolsillo, nada. De todos modos, no estaría mal que nombrarás la editorial. Estoy convencido de que algunos de tus lectores habituales te podrán dar informes más precisos. En cualquier caso, te felicito por el avance.
ResponderEliminarAunque seguro que tienes por aquí algún lector/a que te aconsejará a través de su propia experiencia, te voy a dar algunas ideas que he leído por ahí y que me parecen muy sensatas.
ResponderEliminar1. No creo que se deba pagar para que una editorial edite tu libro, pues normalmente este tipo de editoriales carecen de una distribución y marketing adecuado y por tanto, pagar por pagar me voy a una buena imprenta y lo intento distribuir yo solito (más trabajo pero más barato). En algún sitio he leído que la mayoría de ediciones al 50% enmascaran en realidad un 100%, es decir, tu pagas al inicio contante y sonante y después...(por tanto no se mojan tanto como dicen).
2. Estoy de acuerdo con Ricardo en que lo fundamental es que exista una buena red de distribución (y a ser posible también de marketing). Habría que ver si las cajas amontanadas en su despacho eran proyectos y poco más. Has sacado el tema de los best-seller, pero es que estos se colocan en las grandes cadenas como cebo y la gente pica. No sirve de mucho que tu libro se consiga vender en la FNAC, pero que tengas un par de ejemplares ocultos en la estantería. De hecho ¿pueden garantizarte llegar a una gran cadena? ¿te darían algo de publicidad?. Me temo mucho que los grupos editoriales potentes son poderosos por algún motivo.
3. Publicidad. Viendo como en este mundillo, tan saturado de nuevos escribidores, han triunfado algunos noveles, no me cabe duda que darse a conocer de alguna manera es lo mejor para que se fijen en tí. Es una obviedad, pero estoy seguro que un buen blog (como el tuyo), las reseñas que publicas en la otra página, publicar algunos escritos gratuitamente en la red, colaboraciones en algún tipo de revista o fanzine, comentarios en blogs o facebook o páginas que sepas que tengan alguna repercusión y cosas por el estilo te hacen publicidad y te dan a conocer. Claro que todo esto significa tiempo y además estar dispuesto a muchas cosas, quizás demasiadas.
La red ha dado muchas posibilidades, pero es evidente que también ha dejado entrar cualquier cosa sin filtro de calidad.
4.Riesgo. He leído en algún lugar que puestos a arriesgarse y teniendo una cierta fe en tu obra, puedes acceder a algunas editoriales con un mínimo renombre, haciéndoles una propuesta de autoedición y asumiendo costes (parece que no son tan reacias a ello). Algo más caro, pero a cambio garantiza la imprescindible distribución.
Espero haberte creado más dudas (ja,ja..).Y como no quiero dar un mensaje tan fatalista, te recuerdo que yo también creo que tus escritos son buenos y que espero seguir disfrutándolos aquí o en papel.
Un abrazo.
Hola niño:
ResponderEliminarYa te lo han dicho en los dos comentarios anteriores pero nosobra reiterar: la palabra clave es distribución. Hay algunas distribuidoras que trabajan para editorialees pequeñas y hacen un excelente trabajo, una buena idea sería poder averiguar con qué distribuidor trabaja tu potencial editor. Segundo, el vil metal, considera cuanto te piden y compárala con lo que te gustaría autoeditarte en alguna dde estas editoriales virtuales que imprimen a demanda, no es caro pero el márketing lo tienes que hacer tu mismo, pero bueno, aquí ya tienes una plataforma. Yo te compraría.
Un abrazo y suerte,
Sonia
Abundo en lo que han dicho los comentaristas anteriores. Yo eso de ir el 50% no lo veo claro. En general, o el editor apuesta de verdad por el libro (y entonces asume todos los gastos), o te sale más a cuenta autoeditártelo, ahora hay un sinnúmero de posibilidades, no siempre tan caras. Más que entrar a discutir cuánto paga cada uno, lo esencial es qué vendrá después: la distribución, la promo, etc. Si no ves clara la eficacia del distribuidor de tu posible editor y no te ofrece un plan de promoción con cara y ojos, más vale que te apañes tú solito. Es trabajo, pero como dice Sonia, tú ya tienes un cierto público potencial.
ResponderEliminarOtra cosa, ojo con el contrato de edición, que a veces hay cláusulas envenenadas. Yo sé un poco de eso, de modo que -llegado el caso- si quieres me lo pasas y le echo un ojo. Ya tienes mi mail.
En cualquier caso te felicito por haberte atrevido a lanzarte al ruedo. Es un primer paso importante.
Nada que sumar a todo lo que te han dicho arriba. Los 4 comentarios dicen las cosas muy claras y van a los que importa y es importante. Yo he optado por la autoedicion, y no me va mal. He pasado por lo que cuentas y dije que no. A veces me arrepiento, a veces no... La clave esta en la distribucion, para que acaben en cajas y no se muevan tus libros, te lo curras tu, mas barato y gratificante
ResponderEliminarGracias a todos por los comentarios. Los elementos, la mala fe y la incompetencia se han combinado para dejarme sin luz desde el viernes. Cuando la cosa se arregle os respondo como Dios manda.
EliminarParece ser que la incompetencia, la mala fe, y la perrería dan para mucho en este país. De momento, para 15 días más como mínimo. Os podéis imaginar cómo estamos, sin ordenador, apretujados los cinco en un piso de unos amigos, de dos habitaciones y sin camas para los niños.
ResponderEliminarLa verdad es que entre todos me habéis abierto los ojos, y empiezo a inclinarme por rechazar la oferta. No me parece mal tener que pagar por editar el primer libro, aunque sea sólo para añadir una muesca al revólver, pero la red de distribución de esta editorial no parece tener mucho alcance.
Quedan por ahí un par de editoriales que no he tanteado, se acerca la temporada de concursos literarios, y además, siempre nos quedará la autoedición, muñeca.
Yo te puedo decir en petit comite lo que me ha costado editarme, asi comparas con lo que te piden por coeditar...ayuda bastante si quieres saber si hay gato o eres mochuelo
ResponderEliminarGracias, Juan Miguel. No encuentro tu correo electrónico en tu perfil, así que te contesto aquí, y si quieres, tú me envías un mensaje a mi correo.
EliminarNo me han dado un presupuesto exacto, pero me han dicho que para una edición de 300 ejemplares, tendría que poner unos 1500-1700 euros. El libro es corto, no llega a las 150 páginas en word. A mí me parece un precio excesivo, pero, como ya he dicho, soy un pardillo en estas lides.
lanovelademilosmeisner@gmail.com
ResponderEliminarse supone que eso es a medias?
te diré, y luego si quieres hablamos más despacio, 100 ejemplares, 400 € (300, ya tu sabes, más baratos), palabrita del niño vampiro
Niño vampiro, a mí también me parece un coste exagerado. ¡5 euros por libro, y encima es corto! Mírate los precios de la autoedición, creo que puedes encontrar cosas más baratas.
ResponderEliminarMi recomendación es que sigas buscando editor o si no, ya sabes, hágalo usted mismo. Conociéndote, estoy segura de que el libro vale la pena, sólo es cuestión de que los demás se enteren...