lunes, 18 de julio de 2011

La creación de lo sagrado, de Walter Burkert

Se suele decir que la religión es consustancial al ser humano, dado que a lo largo de la historia no ha habido sociedad sin religión. Lo que Walter Burkert se plantea en este estudio es si existe una predisposición biológica en el ser humano para desarrollar el sentimiento religioso.
Para contestar a esa pregunta, Burkert tiene que remontarse a los orígenes, evidentemente. Para ello, no obstante, antes tenemos que hacer parada en los primeros tiempos del homo sapiens, en los orígenes de la lengua, del cuento, de los mitos y de los rituales. Si además de llevarnos a semejante viaje, el libro está bien escrito, el resultado es un libro fascinante, enriquecedor, iluminador, inteligente y ameno.
Burkert plantea una hipótesis y la apoya con todas las evidencias que nuestro conocimiento nos puede aportar, pero lejos de él cualquier intento de ser tajante en una materia que, por su propia naturaleza, no lo permite. De ahí que su primer capítulo sea "¿Sociobiología?", en unos interrogantes que atenúan la idea principal del libro.


Pero vayamos al grano. La más interesante afirmación es la que hace al principio y que tratará de afirmar a lo largo del primer capítulo. A saber: 

"hay que admitir que la religión tiene relación con la aptitud para la supervivencia (...). Se podría incluso afirmar que las ilusiones religiosas son biológicamente ventajosas." 

Remotándose  los orígenes del homo sapiens, y estableciendo frecuentes comparaciones entre los hombres primitivos y otros primates, el autor sugiere que:

"la ventaja que ofrece la religión es la estabilidad y, por consiguiente, la continuidad de la cultura. (...) Las formas incipientes de cultura que se observan en otros primates, como lavar los granos en agua o transportar piedras para romper nueces, pueden volver a perderse sin poner en peligro a la especie. En el caso del homo sapiens, la técnica para conservar el fuego exigía cuidado constante. (...) La autoridad permanente de ancestros o dioses inmortales provee la estabilidad necesaria."

La cuestión es si es posible que reglas adoptadas al azar para preservar la especie pudieron echar raíces debido a su éxito genético, a la que Burkert responde que sí, con la metáfora de "el paisaje biológico":

"la religión natural, las formas básicas y comunes de dirigirse a lo sonrenatural, no se desarrollaron en el vacío, sino a través de la adaptación a un "paisaje" determinado, condicionado por la antiquísima evolución de la vida humana". 

De este paisaje y de la ubicación en él de la religión se ocupa la primera sección del libro. En el resto, Burkert se dedica a analizar las características, habituales o extraordinarias, contemporáneas o primitivas, de diferentes religiones a lo largo de la historia, y la lista no puede ser más interesante. Así, en "Huida y ofrendas", estudia el sacrificio de dedos, la castración (algunso datos: "castrar" está relacionado con castor; muchos eunucos guardaban sus genitales en cajas selladas que quedaban en poder del rey; ¿y la castración psicológica de los machos jóvenes de bajo rango en algunas familias de primates mientras permanecen en la familia?) y circuncisión, o los chivos expiatorios.

Vladimir Propp

En "El núcleo de un cuento" toma como punto de partida al gran estudioso de los orígenes y estrcuturas de los cuentos populares, Vladimir Propp, y plantea la fascinante sugerencia de que "el hilo principal de toda la secuencia de Propp se puede resumir en una sola palabra: la búsqueda, que puede incluir muchos peligros, incluyendo el combate. El equivalente biológico de esta búsqueda es la búsqueda de alimento..." Burkert demuestra que todos los elementos de la secuencia de Propp para la estructura de los cuentos tienen claras analogías "sociobiológicas". Tampoco tiene desperdicio su estudio de la morfología de los cuentos y la idea de que proceden de una serie de "imperativos pragmáticos":

"...la raíz verbal, la "forma cero" del verbo, en la mayoría de las lenguas -incluyendo el inglés, el alemán, el francés, el griego, el semita y el turco- es el imperativo; y la comunicación por imperativos es más primitiva y más básica que la comunicación por frase. La estructura más profnda de un cuento, entonces, sería una serie de imperativos: "consigue", es decir, "sal, pregunta, averigua, lucha por ello, tómalo y corre".

Amor y Psique

Analiza a continuación, en esta tercera parte, la secuencia del cuento tipo de la doncella, y señala que también éste sigue el ciclo vital biológico y natural de las mujeres en su transición de la niñez a la vida adulta, y la relaciona con Amor y Psique, Zeus y Dánae, y Heracles y Auge.
No quiero extenderme más; es imposible hacer justicia a este libro si no es a base de constantes citas. En el resto de capítulos, trata de asuntos como la Jerarquía y los rituales de sumisión, los conceptos de Culpa y Causalidad, los regalos y sacrificios, la adivinación y el juramento:

"El juramento es un fenómeno del lenguaje que debe su existencia a la propia insuficiencia del lenguaje. La debilidad de la palabra es la posibilidad -la probabilidad- de la mentira, del fraude y de la trampa en todos los juegos sociales. (...) Se puede concluir con seguridad que en el comienzo de la civilización la mentira y el lenguaje iban parejos. Los cuentos de fraudes y engaños son los favoritos en muchas civilizaciones.

Pero añade más adelante: 
"no sería correcto decir que los dioses son inventados en este contexto: más bien lo que ocurre es que todos los dioses y poderes venerados por la traidición establecida que garantizan el orden jerárquico, que aparecen como asociados en el intercambio de regalos, que son experimentados en el terror y considerados responsables del bienestar o malestar del individuo, la familia, la tribu o el país, se emplean en el contexto del jutamento y resultan ser realmente útiles. La garantía de verdad absoluta pertenece al dios".

En fin, no hay página sin una observación atinada, brillante o deslumbrante. Todos y cada uno de los diferentes capítulos de La creación de lo sagrado son fascinantes por separado, y juntos forman una obra mayúscula, de lectura compulsiva. 

6 comentarios:

  1. Fascinante el libro, y muy agudas tus observaciones, Niño Vampiro.
    Me quedo con la cita sobre la debilidad del lenguaje: 'la posibilidad -la probabilidad- de la mentira, del fraude y de la trampa en todos los juegos sociales'. Precisamente he estado escribiendo sobre este asunto, y una de las intuiciones (no digo conclusiones porque sería presuntuoso por mi parte) a las que llego es que actualmente, más que probabilidad es prácticamente certidumbre. En determinados ámbitos, el lenguaje se está convirtiendo en icono de la falacia, las palabras devienen significantes vacíos/vaciados de su significado genuino y reemplazados por la mentira.
    La falacia con peores consecuencias para la civilización occidental a la que pertenecemos, en mi opinión, fue la identificación del logos griego con el verbum latino. Eso le permitió a la religión institucionalizada (la Iglesia) crear el binomio palabra=Dios, la palabra hecha carne, el gran misterio falaz que sigue engañando a los corderos del gran rebaño de Roma.
    Un saludo,
    JS

    ResponderEliminar
  2. No me extraña la vinculación de lo sagrado con lo biológico, pues ya la etimología de "religión" -de religare: unir- apunta a ello, sobre todo si se atiende a que en tiempos remotos esa unión era una garantía de supervivencia. Sin embargo, me sorprende la explicación que hace Burkert de las funciones de Vladimir Propp, no tanto lo de los "imperativos pragmáticos", sino lo de las "analogías sociobiológicas". Creo que tendré que consultar su obra.
    Gracias por presentármela.

    ResponderEliminar
  3. Coincido contigo, Salavert, cuando dices que el lenguaje se está convirtiendo en icono de falacia. Prensa y políticos nos dan repetidas muestras cada día, y ese cáncer empieza a extenderse al uso normal de la lengua. Memeces como "yo respeto su opinión, pero no la comparto" ya la usa todo hijo de vecino, y ha devenido algo así como "los argumentos no me interesan y no te pienso escuchar".
    En cuanto a la segunda parte de tu comentario, como cristiano que soy (si bien no muy católico), no puedo estar de acuerdo. Pero respeto tu opinión...
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  4. Gracias por tu comentario, Ricardo
    El término "analogías sociobiológicas" es de mi cosecha y acepto toda la responsabilidad. Los términos que utiliza Burkert en ese punto son "funciones" o "necesidades biológicas". A lo largo de todo el libro, Burkert se cuida mucho de hacer afirmaciones tajantes, y en este caso no hace una explicación de la secuencia de Propp. Se limita a señalar que se puede observar un patrón paralelo entre dicha secuencia y una serie de funciones biológicas. Yo he añadido el componente sociológico porque encaja y me parecía que su teoría quedaba más clara para quien no ha leído el libro. En cualquier caso, él lo explica muy bien, y el libro seguro que te parecerá interesante.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  5. Me resulta paradójico y contradictorio que, habiendo citado lo atinado del párrafo "no sería correcto decir que.... La garantía de verdad absoluta pertenece al dios", te declares creyente. Intento respetar tu creencia en un dios, pero no puedo compartirla. Habiendo visto lo que he visto, no puedo aceptar la idea de que haya un dios omnipotente que permita que ocurran cosas como la que me tocó a mí (sobre)vivir.

    Para mí resultó muy curioso comprobar que, minutos después de ver su vida totalmente arruinada por una catástrofe natural, un suceso totalmente aleatorio, muchos samoanos lo atribuían a su dios, y se echaban la culpa de lo sucedido por sus 'pecados'.

    Recomiendo un artículo de Maria Tymockzo, 'Western Metaphorical Discourses in Translation Studies', en el volumen editado por James St André Thinking Through Translation with Metaphors para una explicación detallada de la manipulación que apuntaba en mi comentario anterior sobre el logos y el verbum. Sumamente revelador.
    Un saludo,
    JS

    ResponderEliminar
  6. Puede que sea paradójico que un creyente lea con entusiasmo un libro sobre la "creación" de la religión, pero yo no creo que sea contradictorio. Mis creencias son las que son, y si tuviera que limitarme a leer libros acordes con ellas, mis lecturas se verían bastante limitadas. Puedo apreciar un razonamiento lógico que contradiga mis creencias sin temor a ver mi fe debilitada. Porque se trata de fe, no de lógica.
    Lo que a ti por desgracia te tocó vivir no puede tener, a mi modo de ver, ninguna explicación "allá arriba", y si me preguntas cómo puede Dios permitir eso no sabré qué responderte. Nadie ha sabido responderla en dos mil años con otra fórmula que la de "los designios del Señor..." y yo, por respeto al dolor ajeno y porque como explicación me parece tan débil como errónea, nunca he empleado esa fórmula con nadie ni lo pienso hacer.
    Por mi parte, jamás he intentado convencer a nadie de nada, ni muchísimo menos disuadir a nadie de sus creencias. Yo vivo la religión de un modo absolutamente personal, y los rituales y ceremonias no son para mí. Estoy casado (por lo civil) con una mujer atea de familia judía, no he bautizado a mis hijos, voy a educarlos en el conocimiento de Dios, y ellos ya decidirán por sí mismos si se sienten cristianos, judíos, ateos o lo que quieran.
    Saludos.

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...